Desfilar en París siempre ha sido uno de mis sueños y por fin lo pude hacer realidad en la Galerie Bourbon en plenos Champs-Élysées presentando la colección KOKORO.
“Kokoro”, por definición, corazón, espíritu, emoción, mente, alma, cuerpo… todo en uno; además, se puede referir al hipotético lugar por el que circulan las ideas, los pensamientos y las emociones… Como esencia, también diferenciar a los humanos de las máquinas y los ordenadores.
Para los luchadores de Sumo, los Somotori, “Kokoro” es algo imprescindible si se quiere progresar.
Saborear, contemplar, mirar, tocar, escuchar… disfrutar de cada momento dejando que nuestros sentidos hagan florecer deseos, emociones, belleza, creación, permitiendo por tanto que “Kokoro” se manifieste.
Dos colores son los protagonistas exclusivos: el morado índigo y un rosa encarnecido o “blush”.
El morado lo he seleccionado por ser el color del lujo, la nobleza, la autenticidad, el espiritualismo… un color introspectivo que nos permite entrar en contacto con nuestros pensamientos más profundos. A través de él, llegamos a conocer, de verdad, el significado profundo de “Kokoro”.
El rosa… por ser el color del romanticismo, del desnudo o la sensualidad; el color que muestra lo que podemos observar, lo presente, lo exterior y manifiesto.
El color de la reciprocidad, dar y recibir al mismo tiempo, algo que se hace perfecto para alcanzar “Kokoro”.
Los tejidos aportan el resto. Delicadas y sutiles transparencias en organza de seda natural ayudan a conectar el cuerpo con la mente y el espíritu con el alma, con el objetivo de sentir “Kokoro”.
Con esta colección pretendo mostrar la unión de lo sencillo y lo ambicioso, lo creativo y el trabajo duro, la pasión y el desmayo, el sueño y la vigilia… queriendo sencillamente reflejar mi deseo de una vida de confluencia hacia “Kokoro”, tanto en lo personal, como en lo creativo.
Lograr que me acompañes en este viaje, lo hará completo y más ilusionante. ¿Vienes?
©2022 Marcos Villafruela